domingo, 17 de julio de 2016

Ave Caesar, morituri te salutant






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Como en el anuncio del chorizo ese que se acaba en un santiamén, menos de un año ha tardado el CGE (es de suponer que por divina ocurrencia de su Máximo Presidente) en dar un golpe sobre la mesa para recordar quién manda aquí: 
Aquí la sorprendente noticia

Leemos, no sin sorpresa, que el "CGE solicita la apertura de expediente disciplinario a una enfermera de Madrid por sus comentarios en redes sociales" y que "el Consejo General también se va a poner en contacto inmediato con el Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, para proponer igualmente el inicio del correspondiente expediente administrativo, así como las medidas cautelares suspensivas que procedan".

Dejando al margen los supuestos comentarios, que ignoro y me importan muy poco como enfermero profesional, causa estupor la capacidad del CGE para meterse en problemas para los que nadie le pidió ayuda alguna.
Otra cosa es que esa manifestaciones las hubiera realizado como enfermera o tan siquiera dentro de su jornada laboral. Pero claro si Máximo, perdón, el CGE dice que debe ser inhabilitada o si dijera que esta enfermera debe ser embreada y emplumada públicamente  ¿Quiénes somos nosotros, simples mortales, para dudar de semejante veredicto?
Aquí el origen
¿Quiénes somos para cuestionar la infalibilidad de nuestro "pope" del CGE?

Ahora bien, supongamos que nadie denuncia a la persona que supuestamente ha realizado tales comentarios (porque nadie se siente aludido o agredido, o porque no le da la gana), o que sí hay denuncia pero ésta se archiva o la sentencia dice que no ha lugar para ningún delito en tales actos... ¿Qué pasará con el juicio paralelo al que la enfermera expedientada es sometida por el CGE? ¿Ni aun así bastaría con el visto bueno de los jueces y fiscales reales y verdaderos? La respuesta nos la da el propio Máximo, perdón el CGE, en la noticia mencionada y no permite el optimismo: 
"(...) una persona capaz de hacer tan terribles declaraciones, no está capacitada para cuidar a los pacientes. (....) constituyen una actuación a todas luces rechazable, deleznable y carente de la más mínima ética y humanidad".


Encomendarse al omnisciente juicio de esta especie de tribunal del Santo Oficio también puede tener su lado positivo y sexy:
¿Significa entonces que también van a expedientar e inhabilitar a los Presidentes y miembros de las Juntas de Gobierno de aquellos colegios salpicados de -presuntos- escándalos de corrupción? ¿Habrán de pasar por el escarnio de ser considerados herejes aquellos que están imputados por delitos tan graves como la apropiación indebida de cuotas colegiales o denunciados por presunta falsedad documental?
¿Habilitará un número de teléfono, una línea en Internet o un buzón de contacto para realizar denuncias -anónimas- sobre comportamientos inapropiados de las personas que ejercen como enfermeras? 
¿Bastará el logotipo del CGE iluminando la noche para poder dormir tranquilos? 
¿Tendrán las enfermeras que vigilar sus actos y comportamientos tanto públicos como privados? ¿Habrán de ajustar su conducta y modo de pensar particular al gusto del CGE? ¿Alguien lo conoce o es arbitrario?


Y lo más preocupante: ¿Llamar  felón’, ‘traidor’, ‘embustero’ y ‘cobarde’ a cualquiera es motivo de destierro por carecer de ética y humanidad? ¿O sólo está permitido cuando se le dice al Ministro del PP?
Aquí la patente de corso
Mucho cuidado en Málaga que es tierra santa...

Ya lo advertían otros, no ha mucho tiempo: Danger: Estatutos mordaza
Porque, en definitiva... ¿Quién necesita estatutos mordaza pudiendo inhabilitar a diestro y siniestro con un simple movimiento del pulgar?