martes, 30 de diciembre de 2014

El gato de Chesire...

En la clásica historia para niños de Lewis Carroll, el Gato de Cheshire desaparece lentamente del cielo y deja solamente su pícara sonrisa .
Ante esto, Alicia exclama: "He visto a menudo un gato sin sonrisa, pero no una sonrisa sin gato. ¡Es la cosa más curiosa que he visto en mi vida!"

Ciertamente, ni el mismísimo Lewis Carroll hubiera elaborado un guión tan absurdo como el de los últimos acontecimientos perpetrados por el CODEPA. A saber: Convocatoria digna de los Hermanos Marx, rectificación aún más disparatada, defensa a ultranza de una revista tan cara como innecesaria, pose forzada de defensor de la profesión ante imaginarios gigantes/molinos de viento, descarada autopropaganda de un irrelevante programa formativo altamente valorado por la propia junta sin mencionar qué criterio de valoración se ha seguido... y por último la inefable coletilla de "no hemos subido la cuota a pesar de la crisis".

Ante el empuje de unos profesionales ya centrados en pleno siglo XXI, el CODEPA ha devenido en una institución anquilosada y casposa, incapaz de actualizarse a las nuevas demandas de enfermeros y usuarios, a las nuevas formas de comunicación y de relacionarse. No es que no sean capaces de sintonizar con el 3 o el 2.0, sino que lejos, no han sido capaces de despegarse del enorme 0.0 en el que llevan sumidos desde hace demasiado tiempo.
Claro que uno al ver ese arreón final (el último editorial de Impulso es digno de quien hace tiempo que perdió contacto con la realidad), sólo puede reclinarse y soltar una enorme sonrisa como la del mencionado gato.

La Junta actual del CODEPA se equivoca de enemigo. No es tal o cual enfermero, no es esta o aquella asociación, ni tampoco esos del facebook o los de la denuncia.
Y he aquí la paradoja del gato: ¿Cómo decapitar a alguien que es sólo una cabeza? 
Cuando uno va conduciendo por la carretera y vienen todos los coches en sentido contrario, tal vez sea necesario reflexionar si será acertado seguir...

Tal vez alguno esté deseando que todo lo que está ocurriendo sea sólo un mal sueño.
Que al despertar descubra que todo sigue igual y no está imputado por supuesta apropiación indebida.

 Físicos cuánticos descubren el secreto de la sonrisa del gato de Chesire....

Los 7 mundos de Alicia en el país de las maravillas 















jueves, 4 de diciembre de 2014

Construyendo la enfermería del SXXI

 
De fotos de salud.



Os trasmito estas reflexiones sobre la construcción de la Enfermería de este siglo, quizás suena un poco pretencioso, pero fue una humilde aportación a un trabajo que con paciencia y mucho ánimo está desarrollando Rosa M. Nieto (@enfermera2pto0).

En primer lugar lejos del pesimismo al que la situación actual parecería llevarnos, me muestro bastante positivo. Aunque realizamos una actividad milenaria, como profesión somos jóvenes, y aunque tenemos algunos hándicap relacionados con la perspectiva de género, creo que podemos revertirlos y convertirlos en fortalezas. Por otro lado, aunque como digo la situación actual es mejorable, podemos romper una lanza a favor de las enfermeras que nos han precedido, las que han ido poco a poco profesionalizando la actividad, las que han ido consiguiendo pequeños retos (Quizás no suficientes), pero que sobre todo, nos han trasmitido la cultura del cuidado, que a mi entender, se puede estudiar en la universidad, pero se aprende compartiendo horas con las compañeras más antiguas que ya hace muchos años eran conscientes de la necesidad de profesionalización..

En todo el texto yo distingo dos cuestiones fundamentales y son “los problemas” de la Enfermería, por un lado y los “problemas” del Sistema sanitario por el otro. Porque aunque a veces están íntimamente ligados, es cierto que compartimos problemas que otros profesionales también sufren en mayor o menor medida. Así que distingamos dos problemas distintos con soluciones muy diferentes.


Los problemas de la Enfermería como profesión.


1. En la raíz de los problemas de la enfermería como disciplina, ciencia o profesión, yo siempre vuelvo cuando pienso en este problema a la falta de valor social que tiene el cuidado, frente a otros valores que priman más en nuestra sociedad como el tener, el disfrutar, el parecer o sin ir más lejos el curar. Cuidar es casi un término tabú, algo que no tiene sentido en una sociedad individualista y autosuficiente en la que reconocer la necesidad de cuidados es contracultural (Salvo para reivindicar la necesidad de medios).


Y nosotros nos hemos contagiado, como decía Marta Durán Escribano en el comentario del post de Azucena Santillán No tenemos consciencia corporativa del valor social que representa el cuidado profesional. Esto hace que perdamos peso específico en el sistema sanitario, e incluso que otras profesiones nos coman terreno en aspectos del cuidado de la salud (Especialmente en salud pública y comunitaria)


2. Derivado de esto está la falta de presencia y visibilidad de los cuidados y la enfermería en la sociedad actual que centra todo lo que tiene que ver con la salud en la curación de las grandes enfermedades, en los grandes remedios curativos, en el valor de equipos salvavidas generalmente liderados por médicos. Esto se ve también en la falta de enfermeras gestionando procesos “CORE”.


3. Un tercer punto en los problemas de la enfermería y creo que decisivo, es el del liderazgo, y no me extenderé en el liderazgo de los gestores (Que tiene lo suyo...) sino en el liderazgo corporativo. En este sentido estamos frente al principal reto de la profesión en España. Nos han arrebatado nuestra representación, nuestra imagen ,nuestra consciencia corporativa, y la han prostituido de manera que a día de hoy las enfermeras no sabemos para que pueden servir los colegios profesionales, solo son un estorbo y un gasto inútil, una afrenta para la imagen de la profesión, cuando en realidad son una gran oportunidad para hacerla presente en la sociedad.


4. De forma similar a la falta de liderazgo corporativo, casi de la mano están lo problemas que tienen las Escuelas de Enfermería para hacerse con el liderazgo de la formación. Y es que las escuelas se sitúan cada vez más lejos de la práctica clínica. Existe una inflacción formativa en la que cada vez se nos requieren más títulos pero luego la práctica clínica solo quiere enfermeras que sepan hacer de todo (Como Petra…). Más que un problema de liderazgo es un problema de Coherencia en la formación-práctica. Esto no pasa con otras profesiones a un traumatólogo no lo sacan de su consulta para ir a ver pacientes de medicina interna, y a un técnico de laboratorio no lo mandan a radiología, sin embargo no es extraño que una enfermera deambule de un servicio a otro sin centrarse en nada concreto.


Estos son los 4 puntos que veo a mejorar  en la enfermería como profesión, pero el punto 3 es necesario tenerlo muy en cuenta.


La Enfermería en el sistema sanitario.


1. Hemos de tener en cuenta que público o privado tenemos un sistema medicocéntrico en el que todo está diseñado para curar. Eso hace que incluso cuando hay un nuevo nicho para trabajar en salud pública lo ocupan los médicos cambiando cuidado de la salud por prevención de la enfermedad… como si fuera lo mismo…Este sistema acaba convirtiendo a los médicos en manporreros y a las enfermeras en una especie de puente que rellena el espacio medico paciente pero que no tiene capacidad de acción. Se desperdicia el talento enfermero de una forma éticamente condenable.


2. La gestión está muy politizada, es muy poco trasparente, sin objetivos, sin resultados medibles en salud. Está dominada por modas pasajeras importadas de otros sectores, que si bien podrían ser muy efectivas en salud, pasan superficialmente, sin calado en el día a día, sin que haya un cambio real en las organizaciones. Al final sigue siendo café para todos pero cambiamos el nombre… la frustración entre los profesionales es enorme. Cargos a dedo, falta de proyectos medibles en resultados, liderazgo formal antagonista con el natural,...gestión por intereses politizados,...


3. Tampoco hay investigación en modelos, nos peleamos incluso público/privado y no hay nada que demuestre las bondades de uno sobre el otro, ni tampoco se practica una gestión basada en pruebas. Se nos vende la crisis económica como gran limitación para hacer las cosas bien, pero es una falacia o al menos una mala disculpa, ya que sin crisis las cosas también se hacían mal. (Y se pueden hacer las cosas bien con menos dinero)



Cosas positivas que las enfermeras aportan al sistema sanitario.


1. Profesionalidad. Somos profesionales con un enorme bagaje y Know-how, que si bien no está correctamente valorado, está presente en todas las organizaciones, de forma que sustenta el sistema. A poco que se rasque, el talento enfermero puede salir a la superficie, hacerse visible, y mejorar el sistema globalmete y a nivel particular la actuación de otros profesionales, que actualmente nos pueden ver como una amenaza y no como colaboradores al mismo nivel.


2. Formación. La formación que tenemos es de un gran nivel y calidad, comparable a la de cualquier profesional. Seguro que es mejorable, pero disponemos de una cultura profesional en la que podemos y debemos basarnos. No solo me refiero a la formación académica, también a la cultura enfermera trasmitida de generación en generación, que va conformando una idiosincrasia y una exigencia de calidad que pocas profesiones tienen y ya quisieran para ellas.


3. Conocimiento del sistema. Las enfermeras somos el colectivo profesional más abundante del sistema, y además conocemos todos sus entresijos, las cosas buenas  y las malas, los puntos fuertes y los débiles. Por eso cuando de vez en cuando nos dejan gestionar los procesos importantes (Y no solo las cosas de enfermeras…) lo hacemos tan bien. Estamos a pie de cama y conocemos a las personas que utilizan el sistema las escuchamos y nos ponemos en su lugar, y eso sin perder capacidad de entender los macroprocesos, las estrategias y las políticas.


En resumen, somos una perita en dulce para mejorar el sistema, y no me gusta decir que somos más baratos...es un debate este interesante en el que lo único que me queda claro es que estamos mal pagados e infrautilizados. (Resulta que dos amigos están estudiando, uno ciencias económicas y el otro enfermería, al acabar la carrera, acaban los dos trabajando en el servicio público de salud, han tenido la misma formación, y sin embargo uno ganará bastante más dinero que el otro…)


¿Qué propongo para avanzar?


Paso a paso, la enfermería debe recuperar su propio control, y digo paso a paso porque hay bastantes etapas que recorrer y no será de un día para otro:


1) Recuperar el control: Es necesario recuperar urgentemente la consciencia corporativa. Para llegar a este punto se hace imprescindible una revolución en el seno de la enfermería que reclame una limpieza de arriba a abajo de las organizaciones colegiales. Hay que limpiar los colegios y abrirlos a los profesionales. Darles herramientas para que aglutinen a la profesión y la representen. Reconquistar este ámbito corresponde única y exclusivamente a las enfermeras (No podemos escudarnos en que no nos aprecian), y la victoria de esta batalla debería dar un enorme espaldarazo al ánimo colectivo. Desde un foro como este se puede empezar a trabajar hacia muchos ámbitos.


2) Aglutinar a los profesionales: Encontrar la manera de centrar a los profesionales en objetivos comunes, para trabajar en ellos de cara al medio largo plazo. Tenemos aun 85 años para cambiar la profesión y ponerla en el lugar que corresponde pero para eso hay que centrarse en objetivos claros. Hay que recomponer grupos de expertos que sirvan de referencia a los profesionales, poner de acuerdo a las universidades, los clínicos, los gestores,...


3) Exigir gestión basada en pruebas: La práctica basada en la evidencia no tiene sentido si no hay una gestión basada en datos, trasparente que nos ayude a mejorar el sistema. Ahí la investigación de enfermería juega un papel importantísimo poniendo en evidencia la capacidad de las enfermeras para la gestión de recursos y liderazgo de proyectos. Siempre he defendido un sistema de acceso a cargos similar al que se hace en educación, que basan el liderazgo en un proyecto educativo. Exigir a nuestros jefes este tipo de gestión empieza a ser un deber moral. Y los jefes deberían empezar a trabajar desde proyectos, objetivos basados en pruebas y en resultados.

Seguro que hay más cosas por hacer (Lobbies políticos, presencia en los medios,...) para mejorar la profesión  y por ende, viene de la mano, mejorar el sistema sanitario, pero estas son nuestras, no podemos seguir mirando para otro lado como si las soluciones fueran a caer del cielo.