domingo, 2 de junio de 2019
Lo importante es participar...
Podríamos comenzar esta entrada lanzando algunas preguntas, ya que uno de los objetivos de esta serie, a la que invito a participar a todos los interesados, es el generar cuestiones y puntos a debatir.
Así pues, uno de los interrogantes que nos puede surgir es el siguiente:
¿Ha supuesto un beneficio para el sistema y/o para los usuarios el dotar de enfermeras especialistas determinados puestos de trabajo?
¿Lo sabemos u opinamos de forma subjetiva? La intuición y la experiencia nos deberían decir que sí, que han mejorado la asistencia, pero ¿Cómo y cuánto? ¿Le preocupa a alguien? ¿Qué resultados se miden en la enfermería?¿Dónde están? ¿Son accesibles para nuestros pacientes?
Vamos a tirar de experiencia personal, no para lucimiento (lo que cuento es casi sonrojante) sino porque creo que puede ilustrar el asunto:
Hace años en el área sanitaria donde trabajaba no había matronas y los partos etc, al menos los hospitalarios, eran asistidos por enfermeras y ginecólogas. Entre esas enfermeras estaba yo, capeando el temporal lo mejor que podía, buscándome la vida y leyendo todo lo que encontraba sobre una actividad que me era mayormente ajena y para lo que tenía enormes carencias. La asistencia se prestaba, por supuesto, y la actividad salía adelante, además con buenos resultados, gracias al enorme esfuerzo por parte de todos.
Con los años, porque esta situación no fue algo temporal sino estructural, fui mejorando mis "condiciones y conocimientos" aunque era perfectamente conocedor de mis limitaciones. No hablo del pleistoceno, ni siquiera del siglo pasado, esta situación no se logró corregir hasta el año 2006. Y se logró precisamente porque las enfermeras reclamamos, con mucha energía y esfuerzo, que se dotara de matronas mi hospital.
Bueno pues este rollo lo suelto para expresar que sigo pensando lo mismo que cuando reclamaba su presencia: esa asistencia es mejor con las matronas que con enfermeras como yo, mucha voluntad y algo de experiencia pero muchas carencias.
¿Y los resultados qué dicen? Pues... con esta entrada lo mismo no vamos a hacer más amigos... salvo que algunas no se lo tomen todo al pie de la letra y lean con perspectiva... y generosidad.
Si tomamos como referencia uno de los "gold standard": la tasa de cesáreas, los resultados no mejoraron, al menos no a corto plazo: de hecho empeoraron (aquí) y a medio plazo fueron equilibrándose (si bien la implantación de la Estrategia de Atención al Parto Normal en el SNS puede haber tenido influencia en esto último) (aquí). Ahora bien, un hospital comarcal con escasa actividad de este tipo está sometido a fuertes variaciones por los motivos más diversos.
No estoy diciendo que el hecho de sustituir (parte) de la actividad de enfermeras con especialistas haya empeorado la asistencia. Es más como he indicado antes, considero que esta es mejor. Tal vez debiera publicar datos como lactancia materna, contacto piel con piel, episiotomías, desgarros vaginales, parto vaginal tras cesárea previa, etc. que entiendo que pueden describir mejor los beneficios reales de la labor de las Enfermeras Especialistas en Enfermería Obstétrico-Ginecológica, pero es que no tengo datos para comparar, aquí solo los posteriores.
Esta reflexión la baso en opiniones y mi experiencia, con escasos datos porque carezco de ellos y puede que sea uno de los problemas que surjan en un debate serio sobre las especialidades: ¿Cómo saber en qué mejora si carecemos de algunos datos relevantes? ¿Cómo justificar la conveniencia o necesidad de reemplazar enfermeras no especialistas por otras con ese título? ¿Existen datos que avalen la intuición de que enfermeras con preparación más específica consiguen mejores resultados en salud para los usuarios? Espero que sí, porque sino tenemos un serio problema.
Aquí los indicadores de Calidad Asistencial del Observatorio de Salud del Ppado de Asturias
Aquí los del SESPA
Como he mencionado en la anterior entrada, carezco del título de especialista y este es un problema que me toca de forma muy tangencial. Ello me brinda la oportunidad de ser tan ignorante como neutral. Supongo que aquellas especialidades "consolidadas", las que tienen mayor antigüedad como las de salud mental o "matrona", que se han organizado en asociaciones "potentes" y serias, con un discurso científico propio, tienen abundantes datos y estudios sobre su actividad y resultados.
Pongo este ejemplo porque no parece que a nadie cuerdo se le ocurra hoy en día que las matronas sean barridas de los paritorios por enfermeras sin esa formación (aún no he hablado de capacitación y lo he estado evitando en todo momento porque no es el tema a tratar aquí). Es más, la tendencia es que asuman más tareas y responsabilidades (todos sabemos que es mucho más que asistir partos). Ahora bien, la asistencia se daba (y entiendo que de calidad) antes de que esta especialidad estuviera presente en todo el SNS. Otro día hablaremos de cohesión y equidad...
Por eso la cuestión que lanzó una asistente a los responsables políticos en el debate que organizó la AEA (con imaginación puede ver parte aquí, escucharla será más difícil) cobra especial relevancia:
¿Han de ser todos los puestos de Atención Primaria ocupados por enfermeras especialistas en Enfermería Familiar y Comunitaria? ¿Tenemos todos los elementos para el debate? ¿En ambas posturas?
Porque la batalla que existe entre EESTOs y Especialistas puede quedar en calma chicha al lado de la que podría surgir entre especialistas por asumir determinados ámbitos como la enfermería escolar, determinadas unidades de hospitalización, determinados grupos de pacientes como los ancianos, la educación para la salud o la prevención (de enfermedades pero también de accidentes laborales), las urgencias y sus pautas de actuación, etc.
Quiero dedicar estas últimas líneas a las "matronas" de mi antiguo hospital, unas profesionales excepcionales y aún mejores personas y compañeras que, cómo no, también han tenido sus problemas con el título y categoría profesional. Son estas cosas "tan del SESPA"...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)