domingo, 9 de agosto de 2015

Silencio acongojante.


Desde hace ya algún tiempo, la congoja me persigue, quizás por escribir desde esta "atalaya" que pocos (Reconozcámoslo sin rubor) leen, me siento (Nos sentimos) bastante solos, con la sensación además de parecer vendedores de las antiguas enciclopedias, tratando de convencer a quien no quiere de lo que necesita... o algo así.


Nadie me tiene que explicar, que el tema que aquí trabajamos es un tema árido, controvertido, polémico, con connotaciones oscuras, y en el que entran en juego intereses políticos poco nobles.

Después de unos años en el "ajo", tampoco tiene que explicarme nadie que es un "campo" de la profesión que genera no solo recelos sino MIEDO, sí mucho miedo. Esta es una cuestión que entiendo y respeto sobremanera.

Y no, tras más de veinte años de profesión, nadie me tiene que justificar que lo que pasa es porque la profesión es muy pasota. (¡Ay! bendito pasotismo de la profesión enfermera que todo lo justifica)

Vamos, que con estos ingredientes, yo también prefiero hablar de otras cosas más bonitas, más chachis piruli, o más profesionales y científicas; menos casposas. Que nadie me malinterprete, que todo es necesario, que aunque ahora no tengo mucho tiempo, también intento mantener un blog con contenidos medianamente potables...


Y es que quizás sea un exagerado, pero sigo considerando, y casi nadie me ha respondido a esta cuestión, para darme o quitarme la razón que el problema colegial es el mayor al que se enfrenta nuestra profesión; que hasta que no resolvamos nuestra "identidad o consciencia corporativa", no resolveremos o podremos luchar coherentemente por otros problemas que nos acosan en el día a día y a los que nos enfrentamos cada uno a su bola...

Pero es cierto que esto puede ser fruto de mi propia pasión, interés o simple exageración, si fuese así estaría bien que alguien nos llamase la atención sobre esto, para que todo vuelva a ser una balsa de aceite, si es que algún día dejó de serlo. Es posible que alguien me pueda justificar que todo está bien, que solo hay desajustes menores, pero que nada influyen sobre la visibilidad, el reconocimiento, la influencia en los sistemas de salud, ... podría haber un debate,...¿No debería haber un debate? (Ya, ya sé que no lo va a haber sólo por que yo lo desee...)

Sin embargo nada, o casi nada; es un tema tabú

A raiz del "extraño" proceso electoral a la presidencia del  Consejo General de Enfermería, ha nacido un grupo: @nuevaenfermería, que trata de sacar a la luz esta situación que no se produce solo en Asturias, sino que es generalizada en todo el territorio nacional. Sin embargo y pese a un enorme trabajo de investigación y difusión, el debate no va muy lejos. Ojalá este grupo nos ponga las pilas y nos empuje a todos a la acción. 

Se ve, que hay observadores, pero debate,... lo que se dice debate... poco. De hecho seguimos los cuatro mismos gatos que hablábamos de esto hace meses, ... años... Alrededor...

SILENCIO 

Un silencio que me causa congoja. 

¿De verdad el tema no tiene ningún interés?, ¿Es cierto que no influye para nada en nuestro día a día?, ¿Es normal lo que pasa en la mayoría de los colegios provinciales y a nivel  nacional? ¿De verdad los "líderes" de la profesión no tienen nada que decir al respecto?¿Nada en la universidad?¿Nada en los servicios de salud? ¿Nada en las redes?¿Los sindicatos?...

Yo todo esto no lo veo normal. ¿Quién aspira a liderar algún cambio en nuestra profesión sin contestar a ninguna de estas preguntas?

¿Qué esconde este silencio que nos rodea?


"al final no recordaremos las palabras de nuestros enemigos sino el silencio de nuestros amigos" M.L King

PD. Este post no estaría completo ni sería justo si no agradeciera a todas esas personas que sí dan la cara, e incluso se la juegan, que tienen este problema en su mesa de trabajo y son claros cuando les toca expresarse, que no rechazan un debate e incluso han publicado en blogs o revistas opiniones no poco controvertidas por claras. Se multiplica su valor en un ambiente tan tan enrarecido. 

Seríamos injustos si no nos acordáramos de aquellos y aquellas que han luchado en esta cruzada años ha, que no han visto grandes frutos y lo han dado todo pese a este silencio que aun era mayor antaño. Son germen de lo que venga y serán partícipes de los éxitos que lleguen, a estos nuestro más sincero reconocimiento.


2 comentarios:

  1. Esteban, ninguna entrada. Dos motivos: uno, quizá fuera cierto, poco que pensar durante el trabajo, quienes lo tengan; o dos, nadie quiere más problemas de los que se les plantean a diario. Bastante tienen con cumplir una planilla de trabajo y personas a las que atender fuera del mismo.
    No obstante, lo preocupante no es lo que ha dicho la señora A. S. Atrio; el problema está en que otros no lo dicen, pero lo piensan. Y, por otra parte, tampoco a nadie se le ocurriría criticar abiertamente cualquier actuación del médico, por muy contradictorio que fuera lo que diga o haga, que los hay.
    En definitiva: las situaciones personales son tan amplias y complejas como para preocuparse, además, por lo que dice esa Médico, que, por cierto, sólo se la conoce por sus problemas en el Colegio de Madrid, con o sin razón, pero sólo por eso.

    Existe un "punto", no obstante, en la que puede tener cierta "dosis" de razón. Por ejemplo: cuando se avisa al médico de turno por detectarse un problema, no he visto que se vayan tomando medidas hasta la llegada del mismo, lo que, obviamente, puede llevarte a reflexionar, "por qué no ha ido tomando algunas medidas mientras llego" ¡Todo es posible en este mundo!

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  2. En mi humilde opinión, el vacío de liderazgo y representatividad, en definitiva, vacío de poder, que el colegio profesional como institución ha venido generando desde que yo conozco, ese vacío lo han ido ocupando otras instituciones y grupos, asociaciones, sindicatos etc, de tal forma que cada uno va a lo suyo, a defender sus intereses particulares y propios aún en perjuicio, por acción u omisión, de los de la profesión. Esa fragmentación y esa visión a corto plazo ha generado situaciones absurdas. Buen ejemplo de ello es el tema de la especialidades y su gestión por parte de los servicios de salud, también la oferta de matrículas universitarias o el intrusismo profesional.
    De los enfermeros como actores o agentes individuales prefiero no opinar, para qué vamos a enfadarnos...

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