martes, 16 de junio de 2015

Buenos días agente


Hay una cita que se le atribuye a Voltaire: "El arte de la medicina consiste en distraer al paciente mientras la naturaleza cura la enfermedad", pues bien uno no puede dejar de pensar en ella ante inicitivas tan romas como la de deconstruir las asociaciones enfermeras  juana sin arco enfermeriavisible , yonopaso ...todas ellas tan amenas como fútiles.

Uno de los problemas del 2.0, yo lo llamo 2postureo, es precisamente que se ha convertido en un círculo en el que escriben unos pocos para leerse (y aplaudirse generalmente) entre ellos mismos. Vamos, lo mismo que el CGE y sus "franquicias", pero en Internet. Digo todo esto, no para hacer amigos (muchos de los que cito arriba son conocidos, amigos y/o compañeros a los que respeto) sino porque seguimos errando el planteamiento.

Mientras unos siguen entretenidos en ocurrencias que no tienen mayor recorrido que el darle a un clic y pasar a otra nueva, lejos del resto de profesionales -que pasan olímpicamente de semejante catarata de tweets, entradas y demás chorradas-, la realidad sigue siendo la misma una y otra vez: vamos, que nuestro "presuntamente" corrupto líder y representante de toda la profesión sigue "presuntamente" riéndose a la cara de todos nosotros y, especialmente de esa pandilla de frikis. Voltaire no lo hubiera descrito mejor... y mientras, la profesión sigue con los mismo problemas de toda la vida y como dirían las agencias de "rating": con perspectiva negativa (vamos disparados al bono basura). 

Pretender cambiar el modelo colegial deponiendo a Máximo González Jurado, que lleva en el cargo desde que él mismo lo creó en una suerte de Big "nursing" Bang (siendo malos podríamos llamar a nuestro minuto cero el Big Bank), es de una ingenuidad que supera lo cómico. Uno casi desearía que se presentara como candidato un eurovisivo chiquilicuatre (o el pavo irlandés aquel) que un profesional de verdad con la evidente castaña que se va a llevar.

Y sin embargo, ahí siguen apareciendo con sonrojante frecuencia iniciativas, ideas, impulsos, etc. de enfermeras que por un momento sienten esa angustia existencial de verse expoliadas económica, profesional y sobre todo moralmente.

Pero por una razón que desconozco no sale una sola idea que pueda cambiar esta realidad, ni de entre todos esos mentados previamente ni de entre el resto de profesionales, esos que padecen de un postureo aún mas obsceno:

"Yo es que no tengo tiempo, es que para eso están los sindicatos, yo paso, mis pacientes son lo primero el resto me da igual, tengo demasiadas cosas en qué pensar, tengo hijos, me pagan poco y trabajo mucho además en malas condiciones, esa panda de corruptos tenían que ir todos a la cárcel, etc etc etc".

Nosotros que somos los primeros en querer empoderar a nuestros pacientes, en comprender y hacerles ver que ellos deben ser agentes de su propia salud, por una grosera transformación nos hemos convertido en un atajo de cínicos e hipócritas.

Cínicos, porque asumimos como natural ese estado de dejadez y expolio en el que la profesión está sumida.

Hipócritas porque no tenemos los arrestos de hacer lo que les pedimos a nuestros pacientes que ellos sí hagan: enfrentarse a sus problemas y encararlos personalmente.

Llevamos demasiado tiempo apalancados en la idea de que los problemas nos los van a solucionar los demás. Es una postura tan cómoda como surrealista, la realidad es que nuestros problemas lejos de arreglarse se van acrecentando.

Hemos caído en la trampa de "tú ocúpate de lo realmente importante, de tus cosas, tus pacientes, de trabajar y deja que yo me ocupe en defender tus intereses, en representarte, en pelear por lo tuyo, lo nuestro" y ahora hemos olvidado que nuestros intereses sólo los va a defender la madre de cada uno. 

Es necesario, imprescindible, pasar a la acción, a la crítica, al debate en el día a día, con nuestros compañeros, en cualquier foro, ir creando redes. Eso que de llama un cambio desde la base.

Eso le otorga a cada uno de nosotros un poder ilimitado: cada uno de nosotros somos agentes del cambio, somos los únicos que podemos y debemos cambiar esta miseria. 

El resto... para eso es mejor la petanca o el Candy Crush...



Epílogo:
La profesión se levanta sobre unos pilares tan deformados que lo extraño es que siga en pie (tiempo al tiempo).
  • El académico está profundamente desconectado de la realidad profesional actual ( y de sus problemas, necesidades y oportunidades...)
  • El sindical me niego a reconocerlo como tal , pues un sindicato profesional es un absurdo por mucho que a nuestros vecinos les vaya tan bien (con su corporativismo les iría igual de bien, pero así les va mejor y con el SATSE en sus regazos aún más controlado tienen el chiringuito).
  • El corporativo, está tan corrompido (entendiendo como corrupción aquello que desvía a una institución de sus fines manifiestos) que salvo alguna mínina excpeción no merece la pena ni mentarlo.
  • El social... en fin, tenemos tal problema de identidad que dificilmente la sociedad pueda sentir que somos necesarios o profesionales. Lo único bueno de esto es que no les defraudará la degradante imagen que puedan llevarse de nuestros "presuntamente" corruptos líderes y representantes...



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