En ella, un líder completamente alejado de la realidad acomete acciones imprudentes de forma autoritaria e irresponsable, lo que supondría un coste (humano y material) del todo inasumible.
En esta parte final de la guerra, el canciller acusaba constantemente de cobardes y traidores a sus subordinados, incapaces de ofrecerle los resultados que pretendía lograr, aún siguiendo sus incoherentes órdenes, muchas de ellas incapaces de ser llevadas a la práctica.
Mientras muchos de sus generales, avanzaban hasta posiciones enemigas para entregarse y evitar así un inútil derramamiento de sangre, en Berlín la lucha se libró puerta a puerta, con la completa destrucción de la ciudad mientras algunos (en realidad uno solo) fantaseaba aún con la victoria mediante ejércitos derrotados hacía tiempo.
No es mi intención, ni mucho menos, establecer comparaciones entre el CODEPA y ningún régimen político, mucho menos aún con algo tan siniestro como el referido caso alemán. Aún así, dejo aquí un enlace de una soberbia película sobre este asunto:
A lo que me refiero es a una Junta de Gobierno que se deshace a velocidad de crucero, con un Presidente parapetado tras una muralla de rabia y angustia frente a lo que considera un complot para apartarlo del poder.
Ve enemigos ya no fuera sino dentro de sus propias filas, entre sus más allegados. Aquellos que un día confiaban en su liderazgo ven a un hombre incapaz de asumir su situación.
Los gigantes con los que se empeña en pelear, son simples molinos de viento. No se puede pelear contra la voluntad de los profesionales, que ahora ya no piden sino exigen ser escuchados. Recordemos que "No puede decapitar a algo que es sólo cabeza".
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Esa batalla que libra en solitario sólo tiene un resultado posible, el fracaso. Y lo que es peor, esa política de "tierra quemada" que parece haber emprendido, tiene graves repercusiones profesionales sin que le importe un bledo el daño que pueda ocasionar ni la imagen que la Enfermería (por medio de su máximo representante y sus acólitos) están mostrando al resto de profesionales y usuarios.
No es que el Proyecto 6.000 enfermeras, ni la AEA, sean amigos de los conflictos y las guerras. Antes bien, lo que siempre ha identificado estas iniciativas es su apertura al diálogo.
Es por ello el título de esta entrada: CODEPA o el rapto de la democracia.
Empeñado en resistir a toda costa, se ha cargado de un plumazo la operatividad de la institución, que tiene los presupuestos y balances de cuentas sin aprobar desde hace varios años.
¿Quién le va a recibir? ¿En representación de quién va a acudir a ningún sitio? ¿De los más de mil colegiados que públicamente le han rechazado y exigen su dimisión?
¿Qué va a hacer el CODEPA mientras esta situación siga enquistada? ¿Fantasear con una victoria en base a imaginarios refuerzos? ¿Va a seguir con esa caza de brujas dentro de la propia junta? ¿De verdad está rodeado de cobardes y traidores?
¿Cuál es el precio que los profesionales debemos pagar por esa cabezonería infantiloide? ¿Cuál es el precio que debemos pagar por el pisoteo de nuestro derecho a ser escuchados?
¿Aún existe el Ilustre Colegio de Enfermería de Asturias?
Tengo la impresión, totalmente particular y no basada en nada, de que Don Emilio pensaba que tenía amigos y se ha dado cuenta de que lo que tenía eran "socios". Supongo que habrá camelado a algún incauto y ahora intenta regenerar su "negocio".
Mucho cuidado, en próximas fechas probablemente acudamos al espectáculo de ver declarar a una persona aún en edad penal (no hay límite de edad que impida ser encarcelado) en contra de sus compañeros de junta. Tal vez declare que no recuerda o no sabía nada de lo que se le acusa, que firmaban otros, que no llevaba la tesorería, que todo lo hacía por el bien de la profesión y de forma "casi" altruista... a lo mejor tiene razón.
El rapto de Europa, de Rembrandt
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