domingo, 8 de febrero de 2015

Pegarse un tiro en el pie



Intentar comprender las acciones de los demás, es mucho más difícil cuando esos actos nos parecen absurdos.
El frecuentemente citado, a la par que inventado, Principio de Hanlon: “Nunca le atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez”, deja pocas opciones de ser benévolo con esos juicios de valor.
Pese a todo, maldades y estupideces tienen un nexo en común: la irresponsabilidad
Tanto el que ignora que será castigado por sus actos, osea el tonto, como el que sabe que nunca tendrá castigo, he aquí el malo,  pueden actuar con total impunidad, se lleven lo que se lleven o a quien se lleven por delante. Hablo aquí de irresponsabilidad ética, no legal. De eso ya se tratará en el foro correspondiente...

Expongo todo esto a propósito de "La verdad del CODEPA". Un documento, puede sustituirse por el término "panfleto", que la propia Junta de Gobierno elaboró en su defensa y se ha demostrado un mayúsculo error. En vez de limpiar su imagen, el efecto ha sido el contrario, minando aún más la confianza de unos colegiados que ya estaban bastante recelosos de su gestión.
Vamos lo que todos conocemos como "pegarse un tiro en el pie".

Ahora bien ¿Qué les ha podido mover a realizar tal cosa?
Se me ocurren varios motivos:

1.Están convencidos de que su gestión ha sido y es excelente (y siempre lo será).

No han subido las cuotas en tiempos de crisis, no ha habido una gran pérdida patrimonial (apenas 50.000 euros y hace unos años), se ofrecen servicios altamente valorados por los colegiados, se han logrado importantes avances para la profesión...y un largo rosario de méritos que ni el mismísimo Rafael Nadal.
Con estos mimbres... lo lógico es pensar que el descontento con el CODEPA sea fruto de una "conspiración" que por un extraño y perverso mecanismo influya en la percepción de los enfermeros impidiéndoles ver la realidad.
La solución más lógica, no es otra que la divulgación. Mostrar lo evidente que, como tal no es necesario explicar. Su sola contemplación ya es motivo de reconversión y vuelta al redil.
Si el remedio no ha tenido éxito, algo que ha quedado de manifiesto al ver la reacción de los colegiados, entonces o se partía de una premisa errónea (gestión exitosa) o la herramienta utilizada no era la adecuada (La verdad del CODEPA).
Pues yo sostengo que se dan ambas cosas.
Su gestión no es en absoluto ejemplar, más bien es un colmo de calamidades en las que no me voy a extender aquí. Simplemente diremos que la valoración de lo que reciben los colegiados no se corresponde ni con sus necesidades ni con el gasto que les supone la institución. Cuestión a parte es el modo que les lleva a conocer los intereses y necesidades de los colegiados sin tenerles en cuenta ni preguntarles...
Del panfleto que han entregado a cada enfermero para de-mostrar la bonanza de sus actos, poco se puede decir. Genera muchas más dudas y sospechas que información aporta. Por no decir que la herramienta más adecuada para la defensa de una gestión es la propia Asamblea de colegiados, donde estos pueden formular preguntas, demandar más información, solicitar aclaraciones, hacer propuestas, sugerencias... todo lo contrario que los "actos de fe" sugeridos por ese totémico "La verdad del CODEPA":

2. Su gestión no es ningún éxito, pero a los enfermeros se les puede convencer de lo contrario.
Aunque sea una castaña, la gestión del CODEPA ha sido puesta en entredicho por tres o cuatro renegados y, lo mismo que estos han influido en los colegiados, con un adecuado lavado de imagen, se les puede volver a convencer de que la gestión colegial no merece ser criticada. Aquí paz y después gloria...
En esto no hay ignorancia (pérdida del contacto con la realidad sería más apropiado) sino maldad. Se re-conoce una serie de actos reprobables y se trata de disfrazarlos de nobleza aprovechando la incultura o desidia del colectivo.
El fracaso de esta vía, se debe nuevamente a dos factores: Ni los enfermeros somos seres irreflexivos tan fáciles de manejar, ni mucho menos semejante gestión se puede camuflar por muchos números que se le pongan al citado documento.
Pensar que la gente es tan simple como para no escandalizarse de que se publiquen cuantiosos gastos en asesoramientos y gabinetes de prensa o en conceptos tan ambiguos como asistencias al colegio, es de una ingenuidad que raya el insulto. Máxime, cuando no hacía ni un mes se había producido un acalorado debate sobre estos asuntos así como sobre lo innecesario de la gran mayoría de ellos.

3.Su gestión es una patraña, a los colegiados no se les puede convencer de lo contrario, pero al menos se puede justificar la necesidad del CODEPA y su defensa frente a oscuros intereses que atentan contra la institución.

Esto que parece digno de una novela policíaca, es lo que yo entiendo como la más plausible explicación de todo este lío.
Con un proceso judicial abierto, con una petición de Asamblea extraordinaria que deben atender para tratar unos cuantos asuntos incómodos y sobre todo con una Moción de censura, se pondría en evidente peligro toda la estructura actual del "chiringuito" supuestamente montado. Lo más lógico es enrocarse y parapetarse en cualquier excusa por peregrina que sea, para no atender ninguna solicitud. Es el manido mensaje de "quieren destruirme a mí y al colegio y no saben qué hacer para lograrlo", " es todo mentira, confiad en mí, en nosotros", "no hagáis caso de conspiradores que quieren utilizaros para lograr sus inconfesables fines"...
Claro que para ello la necesidad del CODEPA actual debería ser algo sentido por los propios colegiados. Esto es evidente que tampoco se produce. Los enfermeros tienen un concepto del colegio como una imposición. Una institución que no les aporta nada, ni profesional ni personalmente. Nosotros sí les hemos preguntado. Y no hemos encontrado a nadie que entienda el colegio actual como entidad que satisfaga ninguna de sus necesidades. De ahí la justificación del proyecto (abierto, flexible y en continua reformulación) 6.000 enfermeras. El mensaje es muy diferente: "¿No te gusta tu colegio profesional? Pues cámbialo".
No es de esperar que salgan en su defensa ni los enfermeros que les conciben como un ente parasitador, que justifica un modo de vida ajeno a la profesión, ni tampoco las asociaciones y colectivos profesionales. Estos han ido cubriendo en mayor o menor medida las funciones que el CODEPA ha ido dejando por omisión. No les necesitan, de hecho nadie necesita un Colegio de Enfermería como el actual

Entender esto es capital, porque sitúa en el terreno del absurdo cualquiera de sus acciones...


 “Solo hay dos cosas infinitas; la estupidez humana y el Universo. Y no estoy muy seguro de lo último” Albert Einstein




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